Desarrollo de variedades propias en las fincas cafeteras

Una variedad se refiere a un individuo de una especie vegetal que tiene características distintivas como el color de las flores, la forma de las hojas, la altura, el sabor de los frutos, entre otras.

Las variedades de plantas pueden ser el resultado de la selección natural, en la que individuos con ciertas características tienen una mayor probabilidad de sobrevivir y reproducirse, transmitiendo esas características a sus descendientes. También, pueden ser el resultado de cruces.

Un cruce es el proceso de combinar el material genético de dos plantas diferentes para crear una descendencia con características deseables heredadas de ambas, como la productividad.

Con eso en mente, algunos productores han empezado a desarrollar variedades propias en sus fincas para obtener mejores resultados; sin embargo, ¿Qué se debe tener en cuenta al realizar este proceso? Hablé con dos expertos para conocerlo. Sigue leyendo y descubre sus opiniones al respecto.

¿Qué se debe tener en cuenta al elegir una variedad de café?

Para empezar, la rentabilidad, la sostenibilidad y el impacto en el medioambiente toman relevancia al elegir la variedad a sembrar en una finca cafetera.

La rentabilidad es un factor clave porque tiene un impacto directo en la viabilidad económica y el éxito financiero de la actividad agrícola. La elección de una variedad rentable implica que tiene el potencial de brindar un rendimiento y una productividad óptima, lo que impacta directamente en los ingresos del caficultor.

La sostenibilidad, por su parte, es otro factor fundamental debido a la importancia de preservar el equilibrio entre los aspectos económicos, sociales y ambientales de la agricultura.

Derivado de lo anterior, está la relación entre la producción agrícola y la conservación medioambiental. La elección de variedades sostenibles implica considerar su capacidad para utilizar eficientemente los recursos, como el agua y los nutrientes del suelo. Es decir, que se deben seleccionar variedades adaptadas al entorno local y que requieran menos
insumos y recursos externos para su desarrollo.

Las nuevas variedades y los cruces con café de especialidad

Sin lugar a dudas, surge un dilema cuando las variedades de café disponibles en el mercado ya no cumplen con las expectativas de los agricultores que se adentran en el mundo de la especialidad.

La Hacienda Venecia Coffee Farm, ubicada en Caldas, Colombia, es un claro ejemplo de la transición de cafés comerciales a especiales. En su búsqueda por destacarse en el exigente mercado, han emprendido la tarea de encontrar y desarrollar materiales genéticos diferenciados dentro de su finca.

Giovanni Cuesta Giraldo es ingeniero agrónomo y director de producción agrícola en esta hacienda. Él habla sobre los desafíos y logros que han tenido al desarrollar sus propias variedades de café: “en Hacienda Venecia se cuenta con una colección que se fue conformando gracias al intercambio con algunos cafeteros que pudieron acceder a materiales diferentes a los comúnmente cultivados en Colombia. Después de diferentes pruebas en campo, se seleccionaron algunos materiales por taza, productividad y arquitectura”.

Los cafés especiales se seleccionan con base en características peculiares que los hacen destacar. En ese sentido, Giovanni cuenta que “los materiales seleccionados inicialmente fueron dos, ambos de porte bajo. El primero, de entrenudos muy cortos, frutos un poco más pequeños que los de Caturra, mucílago muy jugoso con sabor a almíbar de durazno. En taza se comporta muy bien en proceso honey, expresando generalmente una nota floral. Son árboles de copa más o menos cónica, brotes entre verde claro y ligeramente bronces, y glomérulos con abundantes frutos”.

“El segundo material crece muy parecido a la variedad Castillo, aunque todas sus plantas son de brote verde, copa semicónica y de muy buen desarrollo en sus etapas iniciales. Se comporta muy bien cuando se procesa como natural, expresando principalmente notas a uva o vinosas”, cuenta Giovanni.

Finalmente, y enfocados en desarrollar un material propio, tienen en campo plantas producto del cruzamiento de una variedad de porte alto, con muy buenas características en taza, y otra que presenta entrenudos más cortos, aunque con buenos atributos en taza.

En la búsqueda de variedades de café “ideales” para cada sistema productivo, se necesitan numerosas características específicas, como plantas agronómicamente deseables, de buena productividad y fáciles de manejar durante el ciclo productivo, incluyendo la cosecha.

Por último, y no menos importante, se busca que estas variedades produzcan tazas distintivas, con características particulares que satisfagan el paladar de los consumidores.

Proceso de cruzamiento

José Luis Atehortúa trabaja hace más de 28 años con materiales genéticos en Colombia y fue parte del equipo del Centro Nacional de Investigaciones del Café (Cenicafé) y de Café Granja la Esperanza.

Él explica: “en las progenies siempre buscamos fenotípicamente plantas de porte bajo, entrenudos más cortos, con más productividad y mejor desarrollo de la planta Genotípicamente, resistencia a enfermedades como la roya, el mal rosado y CBD”.

En cuanto al proceso, según José Luis, un cruzamiento se debe hacerse siguiendo estos pasos:

● Preseleccionar las ramas en preantesis (flor cerrada y en crecimiento)
● Emascular la flor (castrar el aparato femenino de la flor) y embolsar o tapar la rama
● Recolectar las flores padre
● Esperar la floración general
● Polinizar (transportar el polen a los pistilos) y tapar de nuevo
● Esperar tres días la senescencia de la flor

En cuanto a la elección de las variedades para realizar los cruces, José Luis comenta que “los cafés tradicionales son la base para cruzar con los cafés especiales porque ya tienen un comportamiento de manejo agronómico”. Por lo tanto, el cruce es la evolución de ese material en la finca.

“La idea es que elijas plantas con atributos deseables que se quieran combinar, de los cientos de hijos que puedas obtener, posteriormente debe realizarse una selección en campo que puede tardar hasta tres años”, comenta Giovanni.

“El mejoramiento clásico en café implica que se hagan autofecundaciones entre los árboles deseados durante cinco generaciones para estabilizar las características deseadas en toda la población. Cada avance generacional aumenta gradualmente el porcentaje de árboles deseados y se restringen los que no son convenientes. En una quinta generación se espera que menos del 5 % sean árboles no deseados. Este procedimiento puede tardar, cómo mínimo, de 15 a 20 años”, señala Giovanni.

Ventajas del desarrollo de variedades propias en las fincas cafeteras

Los productores de cafés especiales tienen el deseo continuo de incrementar la rentabilidad y obtener tazas excepcionales pero sin asumir altos riesgos de pérdida al utilizar materiales genéticos cuya adaptabilidad en determinadas zonas cafeteras no se conoce por completo.

Ante este escenario, el desarrollo de variedades propias en las fincas cafeteras se presenta como una opción ideal. Los productores pueden tomar el control sobre las características del café que cultivan, seleccionándolas y mejorándolas para adaptarse a las condiciones específicas de sus terrenos. Al hacerlo, no solo tienen la oportunidad de alcanzar perfiles únicos en tazas, sino que pueden reducir los riesgos asociados con la falta de adaptabilidad de materiales nuevos.

El cultivo de variedades propias implica un enfoque personalizado y mayor compromiso por parte de los productores pero también abre la puerta a un mayor grado de independencia y la posibilidad de diferenciarse en un mercado cada vez más exigente. Al romper con la dependencia de las variedades convencionales utilizadas, los caficultores pueden explorar nuevas fronteras y cultivar un café verdaderamente único.

Como afirma José Luis, una de las mayores ventajas de tener variedades propias es darle una identidad a la finca y estar a la vanguardia de la exigencia del mercado y tener clientes exclusivos; sin embargo, una desventaja puede ser la baja productividad.

Los varietales propios se convierten en materiales de investigación y no tienen una respuesta rápida, lo que implica una inversión de tiempo y dinero. A pesar de eso, el resultado final puede ser muy satisfactorio y la baja productividad la compensa la retribución económica por la calidad y diferenciación en taza.

“En el tema de cafés especiales hay estrategias de corto, mediano y largo plazo. Los procesos de fermentación pueden producir resultados a corto plazo. El desarrollo de variedades es de mediano a largo plazo. Encontrar una variedad con características sobresalientes es una apuesta que puede marcar exclusividad ya que el productor elige si deja el material para su uso exclusivo o si lo explota mediante la venta de plántulas”, afirma Giovanni.

Recomendaciones finales para caficultores

José Luis aconseja a los productores “conocer muy bien sus fincas, su negocio y a qué le apuntan, a comercializar por calidad o cantidad y cuánto desgaste les va a costar esta calidad”.

En cuanto a la elección de la variedad y el proceso de cruzamiento, Giovanni ofrece las siguientes recomendaciones:

  • Tener claro cuál es el árbol ideal para la finca.
  • Si dentro de las variedades existentes no se encuentra esa alternativa, buscar las características deseadas en dos variedades que se puedan combinar genéticamente.
  • El proceso de polinización y preparación previa lo debe realizar una persona experta para evitar contaminaciones.
  • Se debe tener disciplina para realizar el proceso y la posterior evaluación de materiales.
  • Es necesario realizar una evaluación individual y juiciosa a los árboles para elegir el o los sobresalientes (porte, productividad, taza, conversión de cereza a pergamino, rendimiento en trilla, tamaño de almendra).
  • Tener experiencia en la producción y comercialización de cafés especiales para compartir con sus clientes esta novedad y generar previamente una expectativa.

Aunque desarrollar variedades propias parece un proceso complejo, si se cuenta con el apoyo de personal capacitado y el productor tiene claro lo que desea para su finca, así como el resultado que quiere en taza, puede realizarse con éxito y obtener grandes beneficios.

Para eso, es primordial establecer objetivos y metas realistas, tener claridad sobre el tiempo que se demoran en materializar estos resultados y asesorarse técnicamente para evitar errores que puedan desencadenar pérdidas importantes.

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