La broca, Hypothenemus hampei, es la plaga más importante que afecta al cultivo de café en casi todos los países productores. El daño que causa se concentra en el fruto: ingresa por la parte más delgada de la cereza y se reproduce internamente en la semilla, causando la pérdida total del grano.
Originaria de África e introducida accidentalmente a Brasil a principios del siglo pasado, en Colombia se detectó por primera vez en 1998 en el sur del departamento de Nariño. Actualmente, la broca está infestando cerca de 800 000 hectáreas de café y afecta el patrimonio de más de medio millón de familias cafeteras colombianas.
En ese contexto, algunos productores han buscado implementar medidas para controlar esta plaga, más allá de los métodos tradicionales. Así, tratan de aumentar su alcance y reducir las grandes pérdidas que produce. Una de estas alternativas se desarrolla con avisas. Para conocer cómo funciona y qué tan viable es su aplicación, hablé con dos expertos. Continúa leyendo y descubre qué me dijeron.
Control tradicional de la broca del café
Para saber cuál es el momento óptimo para controlar una plaga, deben realizarse conteos delas poblaciones, es decir, enumerar la cantidad de insectos encontrados en un área del cultivo para conocer el nivel de infestación. También, es común usar trampas con cebo dentro de los lotes para conocer cuántos adultos vuelan en búsqueda de nuevos frutos.
En cuanto al control, el químico es el más tradicional; sin embargo, la dificultad está en cómo el componente actúa en el insecto. Normalmente es letal cuando lo toca directamente pero si el control no se realiza a tiempo y la broca ya se encuentra dentro de la cereza, ningún insecticida es suficiente.
Por otra parte, las altas temperaturas hacen que la plaga sea cada vez más agresiva y al no tener pleno conocimiento del uso adecuado de agroquímicos, se tiende a utilizar mayores cantidades de productos, con consecuencias para el medioambiente. En ese sentido, lo más recomendable es utilizar otro tipo de manejo que no afecte al ecosistema.
El control cultural, por ejemplo, ayuda a lograr ese equilibrio. Se ha demostrado que después de la cosecha queda en los árboles y en el suelo un 10 % de la producción. La broca que emerge de los frutos infestados caídos al suelo es capaz de atacar frutos sanos que también se encuentran en el suelo. El control cultural ha sido fundamental, en el caso de Colombia, para ayudar a controlar la plaga.
El control biológico
Para aplicar soluciones efectivas contra la broca, se debe conocer el comportamiento de la plaga, tanto en su ciclo biológico como en el relacionamiento con el entorno. Diversos estudios se han realizado para determinar la relación entre la fauna nativa, los posibles parasitoides y los enemigos biológicos del insecto.
Con base en ellos, se determinó que una adecuada estrategia para combatirla era introducir fauna benéfica desde África, lugar de donde proviene la broca, para actuar como depredadora.
Jaime Hoyos es ingeniero agrónomo e investigador retirado de Cenicafé con más de 21 años de experiencia en entomología. Él dice: “en 1988 con la llegada de la broca del café a Colombia, comencé a desarrollar los trabajos de investigación sobre los enemigos naturales de la broca. Para eso, viaje a Uganda en busca de los parasitoides y se encontraron cuatro especies: Prorops nasuta (avispa de Uganda), Cephalonomia stephanoderis (avispa de costa de marfil), Phymastichus coffea (avispa de togo) y Heterophilus coffeicola”.
Posteriormente, “las avispas se llevaron a Ascot, Inglaterra, donde existe un puesto de cuarentena del Instituto Internacional de Control Biológico, actualmente Cabi Bioscience. Los primeros estudios fueron sobre la biología y hábitos de estas avispas, y el desarrollo de un pie de cría. Para su introducción a Colombia, se cumplió con un protocolo de acuerdo a las normas de la FAO para garantizar que las avispas introducidas no tuvieran agentes contaminantes no deseados”, señala Jaime.
“Una vez desarrollada la metodología de cría masiva se comenzó a liberar en campo en fincas cafeteras de todo el país. El proceso de cría en laboratorio fue difícil porque no había una metodología definida. En un comienzo, se estudiaron los parasitoides y después se investigó la broca, biología, ciclo de vida y hábitos. Con los resultados, se pudo criar la
broca masivamente y, por consiguiente, las avispas son altamente eficientes”, comenta.
Por otra parte, un hongo llamado Beauveria Bassiana se ha encontrado infectando la broca en prácticamente todas las regiones donde este insecto aparece. Su eficiencia en campo se ha experimentado ampliamente y los resultados son muy variables porque están influenciados por condiciones climáticas y del cultivo.
La puesta en práctica actual
En la Hacienda Venecia Coffee Farm en Manizales, Colombia, ubicada en una zona de baja altitud, con alta temperatura y, por tanto mayor, complejidad en el manejo de la broca, uno de los métodos más efectivos de control están siendo las avispas.
Giovanni Cuesta, ingeniero agrónomo de esta hacienda, cuenta cómo ha sido el impacto en la finca y el proceso para introducir las avispas en los cafetales. “El problema de la mano de obra nos dificulta hacer una recolección de óptima calidad. Esto permite que vayan quedando frutos viejos y se vayan generando nuevos ciclos de la plaga”.
“Además de tener unos pases seguidos de recolección, cada dos semanas, complementamos con aplicaciones del hongo Beauveria bassiana y en los últimos meses hemos venido aplicando una técnica de multiplicar y liberar un tipo de avispas que se llama Prorops nasuta; sin embargo, aquí ya habían hecho una serie de liberaciones y hemos encontrado hoy en día poblaciones de avispas que han persistido durante los años en la finca. De alguna manera, han logrado coexistir con la broca y alimentarse de ella”, afirma Giovanni.
Interacción entre la avispa y la broca
Jaime comenta que las avispas de Uganda y Costa de Marfil se alimentan y multiplican dentro del grano. La avispa de Togo parasita la broca entrando al grano, al igual que el hongo.
“El control de broca con énfasis en el uso de estas avispas es una alternativa que permite el mejoramiento del medioambiente y el restablecimiento de otros insectos útiles para el ecosistema; no obstante, el uso de avispas no es una medida suficiente para controlar la plaga. El manejo integrado de la broca es la forma ideal para reducir la plaga a niveles que no causen daño económico”, resalta.
“Con una metodología sencilla, recolectando granos maduros en campo, que se colocan dentro de una caja de emergencia, se capturan las avispas emergidas y se ubican dentro de cajas plásticas conteniendo grano maduro con estados de broca. Cuando nacen las nuevas avispas, se liberan en el campo y no causan ningún daño ambiental”.
Giovanni explica que, en el caso de Hacienda Venecia, esta estrategia de manejo de la broca con avispas surgió por medio de las fases previas de investigación de la Federación Nacional de Cafeteros.
“Con el paso de los años, nos encontramos de nuevo con un investigador de Cenicafé que tenía un sobrante de cría y nos explicó cómo multiplicarlo, liberarlo y cómo tener pie de cría de estas avispas”, comenta Giovanni.
Dentro de los mayores cambios que han notado en el cultivo desde la introducción de las avispas se encuentran las diferentes posiciones de penetración en el fruto por parte de la broca.
“Por lo general, las brocas que ya están muy adentro del fruto están vivas pero acá encontramos que, aunque haya frutos dañados, están ausentes o muertas. Cuando las examinamos en el estereoscopio observamos que están parasitadas por las avispas”, cuenta.
Recomendaciones para productores
En cuanto a la proporción en la que se puede reemplazar el manejo químico tradicional conel uso de las avispas, según la experiencia que han tenido en Hacienda Venecia, es un 50 %.
Frente a lo que necesita un caficultor para aplicar esta técnica en su cultivo, Giovanni dice: debe conocer muy bien el ciclo de la broca, conocer cuánto se demora de huevo a adulto y conocer el estado para que la avispa se alimente. Debe saber identificar eso para cosechar frutos que contengan la broca en esos estados y guardarlas en unas cajas especiales con una tela para que no se vayan a volar”.
En términos generales, no hay muchas limitaciones para tener las avispas pero sí para proporcionarles buenas condiciones para multiplicarse. En Hacienda Venecia “cosechan” los adultos en unos frascos que se ponen sobre frutos brocados que contengan pupas.
“Se deben guardar en una zona que se les proporcione buena temperatura y buena humedad, que no vaya a generar hongos. Ahí ellas van a empezar a ovipositar y más o menos en siete semanas uno va a cosechar las avispas nuevas que emergen para iniciar nuevas crías. Las sobrantes que quedan en el grano, porque no todas salen al mismo tiempo, se utilizan para liberar en campo”, comenta Giovanni.
Aunque no se necesita tener un ingeniero agrónomo para implementar esta estrategia, es fundamental ser rigurosos en el proceso, sobre todo para entender cómo llevar a cabo el pie de cría inicial con un ciclo aproximado de nueve semanas.
En cuanto a la sostenibilidad ambiental, el hecho de que se puedan reducir aplicaciones de agroquímicos es una gran ventaja. Así, se está protegiendo más diversidad que ayuda a controlar la plaga ya que se va dando un equilibrio de forma natural.
En conclusión, debe existir un programa de manejo integrado de plagas con énfasis en control biológico, incluyendo favorablemente el uso de avispas, control cultural basado en una buena recolección, complementado con el uso del hongo beauveria Bassiana.
Dependiendo de la afectación de la plaga en el cultivo, la última medida sería el uso racional de algunos productos químicos.